Entre la escarcha blanquecina
envuelvo un recuerdo que se ha ido.
Es el momentáneo reflejo secreto
de esperar que renazca el placer.
El sol calienta la tierra,
se derrite el frágil envoltorio
aparece el recuerdo incólume,
y repentinamente se extasía el silencio.
Es como la vida que duerme
y unas sábanas que la envuelven,
pero llega el amanecer temblando
y despierta al sueño de su placer.
Por desear,
desearía la intensidad,
la fragilidad,
el repentino brote de luz
que el sol derrama en nosotros
con una fuerza incontrolada,
que revive la vida del sueño.
1 comentario:
Sublime.
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