La amistad efímera no es necesaria, la amistad perentoria es peligrosa, se puede caer en una trampa de urgencias sin sentido, que llegaría posiblemente a conminar en silencio al sentimiento. No existiría alevosía, pero la consecución del resultado tendría parecido a una organizada cautela midiendo los segundos. Estoy seguro sin embargo que el ruido hará estremecer el mas alto teso de nuestra vida y posiblemente un beso de Judas nos dejará impregnados de dolor por mucho tiempo.
A lo mejor son solo zarandajas inútiles en el zaguán de nuestro ego enmarañado y se romperá de tal forma que ni lañas para porcelana conseguirán la unión. Es mejor en cierta manera olvidarse por momentos del tiempo y ser un poco más empírico en observar el empaque de lo que nos rodea y amortajar parte de nuestros silencios y parte de nuestros ruidos, a lo mejor llegaríamos al punto medio entre dos extremos a los que no es malo llegar.
Tengo alergia a lo posible, asumo toda la responsabilidad, creo en la semilla que germina e intuyo un floreciente futuro, soy como una lasca que un día desprendiose de una piedra y ahora busca la piedra para encontrar un pasado. En la amistad siempre siembro una semilla y lucho con la cizaña que la quiere estropear, siempre cosecho, aunque a veces recojo restos de algo que quiso ser, esquirlas de algo que se rompió .
Quisiera proponerle una tregua al confusionismo y relajar mi tullido instinto de tanto buscar y no encontrar. Busco a veces el surtidor de sueños, me acomodo y resisto el envite del sueño que me transporta a quien sabe donde de algún perdido lugar.
Todo esto no es mas que la simple peripecia de tener el constante impulso de buscar y encontrar un amigo.
A lo mejor son solo zarandajas inútiles en el zaguán de nuestro ego enmarañado y se romperá de tal forma que ni lañas para porcelana conseguirán la unión. Es mejor en cierta manera olvidarse por momentos del tiempo y ser un poco más empírico en observar el empaque de lo que nos rodea y amortajar parte de nuestros silencios y parte de nuestros ruidos, a lo mejor llegaríamos al punto medio entre dos extremos a los que no es malo llegar.
Tengo alergia a lo posible, asumo toda la responsabilidad, creo en la semilla que germina e intuyo un floreciente futuro, soy como una lasca que un día desprendiose de una piedra y ahora busca la piedra para encontrar un pasado. En la amistad siempre siembro una semilla y lucho con la cizaña que la quiere estropear, siempre cosecho, aunque a veces recojo restos de algo que quiso ser, esquirlas de algo que se rompió .
Quisiera proponerle una tregua al confusionismo y relajar mi tullido instinto de tanto buscar y no encontrar. Busco a veces el surtidor de sueños, me acomodo y resisto el envite del sueño que me transporta a quien sabe donde de algún perdido lugar.
Todo esto no es mas que la simple peripecia de tener el constante impulso de buscar y encontrar un amigo.
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